Saludemos al Señor Adisesa, el de la miríada de cabezas y bocas de serpiente cargadas de dañinos venenos, que dejó a un lado para venir a la Tierra como el virtuoso Patañjali a fin de erradicar la ignorancia y vencer la aflicción.
Reverenciémosle, depositario de todo conocimiento, en medio de Su cortejo de asistentes.
Roguemos al Señor, cuya forma primordial resplandece blanca y pura, de cuerpo prístino, maestro del yoga que nos concede su luz yóguica para permitir que la humanidad descanse en la morada del alma inmortal.
BKS Iyengar
Luz sobre los Yoga Sutras de Patñjali